Perdemos milenios en decenios, no podemos perder la cultura popular ni su arquitectura tradicional. ¡Ojalá consigamos hacer realidad esta utopía! #SalvemosLosPalomares

PALOMARES… EL SENTIR LIBRE DEL VUELO DEL ARRULLO… #SalvemosLosPalomares



Escrito de Toño Morala para la inauguración de la Exposición Temporal Palomares de León. Utopía en Camino. En el Museo Etnográfico Provincial de León.

Aterida el alba, el arrullo de las palomas se posa sobre el regazo del viento y lo reparte sobre los sueños del horizonte. León confirma que la soledad, el frío y el crepitar del fuego en las hornillas, en el llar de las casas, rememora las leyendas sobre palomas y palomares… Y en ese mundo rural y poco conocido por la inmensa mayoría, entre otros edificios singulares, se levantan por páramos y pueblos, palomares, un patrimonio peculiar de arquitectura popular.

 Aquella mañana salían las palomas a bañarse y a beber a la cercana laguna del Vallejo; el sol tibio, se dejaba caer lentamente sobre el agua y en ella se reflejaban las palomas en su deambular diario… al rato, alzaron el vuelo en plena procesión hacia la mies todavía verde de aquel mes de abril; en su precioso y preciso vuelo, nada está fuera de lo normal; vigilan a sus enemigos… se posan majestuosamente sobre la tierra, y en ella rebuscan semillas perdidas y otras especies que llenen su buche para realzar aún más la belleza, la suya… Y sí, es el palomar, una de estas construcciones populares de carácter secundario, que antes tenían dos provisiones: por un lado, la cría del pichón, y por otro, la palomina, uno de los mejores abonos conocidos. En la Edad Media la posesión de palomares era un privilegio reservado a los señoríos en lo que se llamó "derechos de palomar”.

Entre secanos y barbechos, oteros de fraguados ocres, alejados unos de los otros, los palomares vigilan al viejo sol, mientras troneras de diversos tipos engalanan las entradas… "El palomar pon que vea el agua, y no lo pongas muy alto, sino moderadamente para que cansada la ave volando y jugando como en esgrima, y con aplauso de las alas se huelgue de llegar con las alas cayendo. Hay quien dice que la paloma tomando el cebo del campo, mientras más trabajo y camino hubiere pasado volviendo a sus hijos, tanto cría mejor y engorda más sus palominos, y esto porque con la tardanza ha cocido las semillas en el papo, con las cuales alimenta a su prole…”, dejó escrito un monje observador allá por la Edad Media. “Se marchó en silencio la paloma, se fue triste a otro lugar, dejando como compañera a la soledad…  Aterida el alba, el arrullo de las palomas se posa sobre el regazo del viento y lo reparte sobre los sueños del horizonte, sobre los sueños de los palomares… sobre el horizonte…”

27 de Abril de 2017 


Irma Basarte10.-